El mundo necesita, urgentemente, de un poeta.
Y no me refiero a esos seres que viven encerrados en una concha de egotismo utilizado como mediocre sustento para ocultar su incapacidad de ver y utilizar los símbolos del lenguaje para crear una conmovedora visión de la vida que nos rige y nos rodea. Esos que a causa de su mediocridad, se han hecho pasar por bardos y falsos videntes, utilizando palabras y conjugaciones de las mismas que ni ellos podrían soportar leer. Esos que se autonombran “poetas” en un triste, desesperado y lastimoso intento por llenar el vacío inconmensurable que habita en sus almas comunes y corrientes. Esos que no han hecho más que ensuciar el vientre del arte, traidores del genoma humano, le han dado la espalda al mundo que se muere de sed. Son traidores vulgares y pretenciosos.
A ellos les digo: Es mejor que no lo intenten. Conviértanse en hombres de ciencia, de números y de ecuaciones predefinidas por los verdaderos genios del conocimiento abstracto. Los campos son muchos y cualquiera los puede aprender. Pero por favor, si no han de aportar nada a la poesía (y no lo harán, porque no la aman), no jueguen con ella, pues tratar al vástago de la belleza de esa manera es pero que blasfemar dentro de cualquier catedral, por más sagrada que esta sea.
La poesía debe ser como el aire, como la vida y como los pueblos.
Poesía, aire vital para los pueblos que están necesitados, ahora más que nunca. Necesitados de inhalar el viento fugaz que nace del corazón de un poeta.
El público, el individuo, el mundo. Esto ya no le importa a los poetas modernos.
Sólo se hablan entre ellos, disfrazados de alquimistas e intelectuales, con palabras hipócritas y falsos elogios que causan el crecimiento de sus egos, el desvanecimiento de sus espíritus y, claro, la decadencia en sus obras.
¿Cuándo entenderán que poeta no es aquel que escribe detrás de una máscara de rostro melancólico, sino que es aquel que vive de tal manera, que en determinado momento agotará todo su éxtasis y locura para morir cuerdo y gris?
El poeta es un astro, no un sujeto que rima, bebe y abofetea cualquier idea contraria a las suyas.
La poesía es el desarrollo total del espíritu, es un medio para comunicarle al mundo que se está al pendiente de él, así como él está pendiente de uno.
La poesía es la entrega del ser total al arte, de cuerpo y alma.
La poesía es la matriz de los hombres que sueñan cuando están despiertos, que son rechazados por los hijos de la normalidad y el progreso.
Causa pena observar el abandono literario, y causa horror ver la basura que se les vende a las masas. Duele ver libros de cientos de páginas que resultan decir algo parecido a la nada.
Qué amarga es la literatura del siglo XXI
Qué seco es el arte de este segundo oscurantismo.
Todos dan su opinión sin sustento alguno, y lo peor es que son escuchados. Lo siento mucho por los que saben lo que dicen y tienen buenas intenciones. Sólo algunos son tomados en cuanta. Lo siento, porque son la minoría.
Los rebeldes ya no son como los de antes. Los rebeldes contemporáneos sólo saben destruir, son mezquinos e imbéciles.
Despreciemos a lo que se escudan en: “nadie me comprende y eso me hace mejor que los demás”. Esos no tienen nada que ofrecernos. Sólo nos quitan tiempo. Destrocemos su indiferencia de pelmazo con nuestra indiferencia genuina.
Necesitamos, más que nunca, a un poeta que no cuente al tiempo, al mundo y su patria. Alguien que desde de las cuatro paredes de su habitación nos hable del infinito, de sus angustias, de la musa que esté a su lado o de la musa inalcanzable y destroza.
Aprendamos a leer al hombre y al libro.
Convirtamos los charcos en mares.
Al dolor en un verso.
Recordemos a Rimbaud, a Gogol, a Pushkin, a García Lorca, a Rafael Alberti, a Neruda, a Borges, a Cortázar, a Benedetti, a Paz.
A poetas de otros estilos: Van Gogh, Dalí, Beethoven… (Brindemos por ellos y por todos los que faltan)
Si no se es poeta, sigamos su ejemplo, porque ellos son lo realmente humano, lo genuinamente humano y si existe algo parecido a dios, el poeta es lo más cercano a él.
Estos tiempos están hechos pedazos, y empeorarán.
Necesitamos a alguien que nos recuerde que los sueños no sólo son permitidos en las noches, y que podemos hacer de la vida el párrafo de un verso.
Necesitamos un rebelde.
El mundo necesita, urgentemente, de la mano de un poeta.
Necesitamos a alguien que nos recuerde que los sueños no sólo son permitidos en las noches, y que podemos hacer de la vida el párrafo de un verso.
Necesitamos un rebelde.
El mundo necesita, urgentemente, de la mano de un poeta.
Camino a encontrarte... 